El uso de la jamsa está documentado desde la antigüedad. La usaban ya los cartagineses, quienes la asociaban con la diosa Tanit, quivalente a la diosa fenicia Astarté, representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales; es posible que sea aún más antigua. La cultura judía y la árabe la adoptaron como propia.
Islam: En el mundo árabe se utiliza como talismán para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular. En algunos países la jamsa recibe el nombre de ''mano de Fátima''.